Mis abuelos nacieron en el corazón de Minas, o mejor, en un recóndito lugar de su geografía llamado Chafarinas, para algunos, la … punta de la cola del perro; para mí, el sagrado lugar de mi infancia.
Abuela Luisa ya no estaba cuando tío Manuel, su hermano pequeño, me llevó a la casa de mis bisabuelos Ángel y Carmen; justo debajo de la mata de güiras me senté, por vez primera, en un taburete.
Paradójicamente monté en yeguas por miedo a los ponis y me disgustó al paladar el agua de coco que ahora persigo. Comí cerezas y anoncillos – bajo los más estrictos cuidados de mamá no fuera a ser que me tragara la semilla – me bañé en ríos, me subí a un tractor y jugué con toda clase de animales.
La parte mágica de mi experiencia fue, y es, el emblemático día que tío Manuel puso en mis manos un trozo de caña. Justo en ese instante entendí por qué el dulce de Cuba está en su verde suelo, en su gramínea de oro.
compartes conmigo un pedacito?? tengo tantos deseos de comer caña!! uf…
Sí, claro con quién mejor
jajajajaja me encanta que estemos conectadas , la promotora cañera aki soy yo jajajaja que rico es la caña de azucar dios , vamos a compartrla entre todas jajjajjaa?
Es divina, besos y mariposas
es sublime … un beso