Mi Adelante tuvo su espacio también en la Feria del Libro
en Camagüey, para no divagar en amores me hice unas notas.
De lo que dije y de lo quedó en agenda aquí está todo.
Adelante es un espacio vivo al que no tienes más remedio que entregarte. Es al mismo tiempo un sentimiento y un compromiso y un lugar físico.
Lo primero lo hace una familia, una que crece y se extiende, una que discute y se deja de hablar una semana, una que llora y te salva, una que se preocupa, una donde hay buenas plumas y malos genios (como me dijeron hace poco) que te toca el alma para toda la vida. Eso lo hace un sitio real y lo segundo (lugar físico) un espacio imperfecto pero perfectible, un lugar donde faltan cosas pero habitado por un grupo heterogéneo de eternos inconformes y por tanto la provocación del cambio está a la orden del día, tanto en los asuntos de cortinas y colores para las paredes como para cada edición, digital o impresa, para cada foto, texto o tiempo verbal, incluso para cada comilla que se utiliza.
Si no te entregas te pierdes en la búsqueda del calor que otros sientes en ese lugar y eso es malo para el corazón y para lo que escribes. Entregarse es como el sacerdocio, sabes que lo vas a hacer toda la vida y que te tendrás dudas o reproches (personales o de otros) pero que no hay otro lugar mejor para ser feliz, porque se vive para Adelante no de Adelante.
Nunca me gustaron los micrófonos, pero la carrera te enseña que si la eliges (aunque yo creo que ella te elige a ti) que al final te gusta el poder, porque hay pocas cosas más poderosas que tener en la mano un micrófono o un grabador y plantárselo en el rostro a otra persona. Eso sí me gusta, el control de la situación.
Pero antes de aprender eso, estaba segura de que no me gustaban los micrófonos en mi cara, pero no podía vivir sin escribir. Así que por oficio cuando empecé en el semestre, lejos de los medios, el ejercicio del entrenamiento técnico fue un gusto. Me fui enamorando desde el aula de la profesión a través de mis mentores Silva y Daicar (dos adelantados) y caí rendida cuando hice mis primeras prácticas el 12 de enero de 2007, cuando cumplió 48 años.
En Adelante la mayoría no trata a los estudiantes como estudiantes, ni a la hora de los regaños ni a la hora de la entrega de trabajo, quizás el hecho de que nuestra profesora era la jefa de información hizo este proceso más fácil; y eso es algo fundamental para crecer dentro de la profesión, porque esta es una carrera que empieza el primer día de clases en la universidad cuando abres los ojos al mundo de forma de diferente, como periodista, y si no te lo crees ese día no te lo vas a creer nunca.
En esas primeras prácticas Daicar me hizo crecerme y descubrí que definitivamente yo había nacido para esto. En el camino Adelante se convirtió en el lugar al que siempre quería regresar, y en el que quería quedarme por cuestiones vitales.
Allí he llorado y reído, juntado amigos, leído de lo mejor y de lo que nunca hubiera escrito, he tocado la disciplina y la entrega con las manos, con el respeto absoluto a quienes mejor saben de eso, he visto a colegas entrar y salir pero no irse, nadie se va nunca de su casa.
Ahora mismo el gran reto de Adelante es llegar en todos los lenguajes posibles a sus públicos.
El gran reto de las tecnologías son las propias tecnologías, sobre todo para Cuba. El acceso es lo primero que nos golpea, para después poder llegar al manejo, a las competencias profesionales a la capacidad de ser prosumidores, influencer…
Sin embargo en casa hemos demostrado que no es un obstáculo para los intentos, con lo que tenemos a mano (muchas veces en el bolsillo de lo personal y no de lo laboral) no se ha dejado de soñar.
Lo más importante es saber y aprehender que no se puede dominar la web, que las competencias y convergencias no son absolutas para todo el mundo, y que como mismo en el mundo físico hablamos de funcionar como equipo de pelota en la virtualidad también. Es útil y necesario que se sepa de todo, un tin, que se sea capaz de estar…. Pero que se potencien las competencias según las habilidades reales.
El estar en diferentes formatos ya es un hecho consumado en Adelante, y no por imposición de la administración sino por la ley natural de la evolución: los jóvenes fueron los primeros que arrastraron ese proceso y nuestros mayores tienen el gen de los adelatantados no por gusto. Entonces de forma natural se fueron asumiendo roles y competencias que llevaron nuestras ideologías y rutinas profesionales a nuevas prácticas, no siempre todo lo buenas que aspiramos pero sí todo lo arriesgadas y soñadoras que de un equipo como este se puede esperar.
Esta es un área donde mucho falta en buenas prácticas, en la roles reales y en competencias… en superación.
Pero al mismo tiempo al Periodismo de hoy le falta el contar. Ya la gente sabe el hecho (bendita Internet), ahora necesita que le llenen los espacios, que le satisfagan las emociones.
Por eso vuelven a resurgir las miradas hacia el Periodismo Especializado que nunca es la mirada al periodismo de los sectores. Urge ir hacia el Periodismo cultural, al Periodismo narrativo, al Periodismo deportivo más allá de las jugadas, al Periodismo económico que le pone piel a los números… al nunca menor ejercicio de contar y de participar.
Por esa meta va Adelante. La constante transformación, la crítica para crecer y sus energías de adolescente son su fuerza. Llega a los 60 pero le corre en la tinta la vida de sus jóvenes adelantados, porque se ha sido siempre, el hogar de jóvenes rebeldes (como en aquel enero luminoso de 1959) que hacen de la Revolución su propia Revolución y de cada edición su Maestra.
Fotos: Bárbara Suárez Ávalos (Radio Progreso)