El hecho de que Martí no estuviera físicamente en Camagüey no impidió que el halo de su vida y su obra tocara a esta provincia.
En sus textos hay referencias a unos 119 camagüeyanos, 110 a Camagüey y 31 a Puerto Príncipe.
Muchas veces en estos acápite no se incluye una visión de la región sino del suceso o persona a la que hace alusión.
A través de su maestro supo por primera vez de un camagüeyano: “José de Armas y Céspedes, huyendo de la policía española, estaba escondido en el cuarto mismo de Rafael Mendive”.
Nexos incuestinables con la Villa son su esposa Carmen Zayas-Bazán y el período en que su hijo, José Francisco, vivió en el núcleo materno en la casa marcada con el No. 9, de la otrora calle San Francisco, hoy Antonio Luaces 109.
La primera referencia sobre su hijo es una joya publicada en Nueva York en 1892, Ismaelillo. Prueba del apego del padre al hijo, que nunca fue menor en dirección contraria.En carta a Charles A. Dana en 1882, expresa: “…mi hijo es mi sueño”, y refiriéndose al libro que escribió, dedicado a él, subraya: “…es la novela de mis amores con mi hijo”.
La obra martiana revela puntos de elevado arraigo cultural y moral de El Camagüey. Razón pro la que la región tuvo un alto reconocimiento en la vida del poeta.