Humilde y sencillo. Así estaba a un costado de tanta vegetación. Callado y tranquilo, vigilando el Sol que él mismo alumbra cada mañana.
A Martí le han cantado trovadores, pintado pintores, y más de una buena prosa le ha rendido homenaje, los escultores lo han moldeado y tallado buscando esculpir en la piedra y la madera su alma.
De todos, desde el que se levanta por encima de los mares en la Tribuna de La Habana, o del que piensa a Cuba en la más revolucionaria de las plazas, y del que abraza al niño en mi Camagüey este queda en el número uno de mi lista de preferidos.
Pequeño, sereno y sincero, mira al Sol y abraza la rosa blanca; fabulosa interpretación de los instructores de arte… quizás eso me gusta más, que tan fiel calco martiano saliera de las manos de los jóvenes artistas…. porque Martí tampoco va a morir a sus 159 años.
La mariposa cubana 
Callaron el canto al mar… le balearon las olas. El vaivén de barcarolas les hicieron naufragar. Hoy es gris el malecón y harapienta la ilusión es cual pájaro fugaz que vaga sin horizonte sin un fusil entre el monte con proyectiles de paz. Hay sangre de rosa blanca y no está la mano franca que nunca escribió: ¡JAMAS! Sola se ve la trinchera donde ayer en primavera disparó una rosa más. ¿Quién le pintará a LA HABANA nuevo sol y otra mañana sin el verdugo falaz? ¿Qué manos tiene el fusil en contra del JUDAS vil que ha asesinado la paz?
Por lo visto se esforzó en la rima, muy sencilla sin complejidades en la composición pero con una distorción en el contenido muy grave. Si su preocupación es por Cubam tranquilo, hace 53 años que vivimos en paz y tranquilidad, las luces del malecón son faro de felicidad y la claridad del cielo cubana ilumina a todos los pueblos pobres como nosotros, pero dignos que buscan, como nosotros 53 años atrás, la independencia y la soberanía que le parieron a mi generación desde la Sierra. Mis mariposas vuelan libres y felices por haber nacido en esta tierra de paz enter hombres y mujeres de bien.