La pequeña Masiel tiene casi dos años, y tiene una verdad rotunda en sus manos.
Yo que tengo 21 años más que ella y justo ahora me doy cuenta que tengo un montón de goteras en mis manos…, sí, están las gotas de luz de Roge, los chubascos de la nube y la alita enraizada, los pedacitos de mar, que sé son por su nombre pero hoy se me antojan con color de azul agua cristalina, no puedo dejar de lado las botellas de Leydi, lanzadas al mar que tanto ama….
Masielita tiene razón, a ella, su tía Yury, la alita susodicha, le cocina con goticas de amor; pero yo también tengo las mías, que me alimentan el alma, los amigos.