Las Mariposas son mi mejor excusa para hablar de mi país. Ellas, que huelen a cubanía, son parte de mi historia familiar.
Son como esta Isla caribeña, en tiempo de sequía parecen morir pero saben, como el buen Fénix, renacer. No necesitan más que un poco de cariño y, en cambio, regalan su pureza y sus olores a todos.
Las amo porque dos mariposas maravillosamente cubanas lo hicieron antes: mi abuela Luisa y Haydée Santamaría. Las prefiero porque pueden contar mejor que nadie cómo puede hacerse un país desde los campos y con todos los hombres.
Por eso quiero en este capullo cibernético guardan mis mejores notas, mis pensares y mis amores, por ellas, que es hacerlo por Cuba, por mi Cuba.
Nací cubana, no es un secreto, mi mayor orgullo. Vivo en una ciudad mediterránea, Camagüey, a cientos de kilómetros de la cosmopolita Habana. En honor al matriarcado familiar llevo el nombre de dos mujeres Alamar, y me siento una Mariposa Cubana.
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Mariposa que me retoza: Dolorosa,lamentablemente,ya a este ARCHIPIÉLAGO NO LO MUEVE EL AZÚCAR. Cuba se transformó,para bien y para mal, de una economía productora de bienes primarios como es ése,en otra cuyo sostén son los servicios de alto valor agregado.Es un cambio sin precedentes, incluso HISTÓRICO.Lo triste: en vez de REFORMAR el azúcar,la hicimos «talco» .Y lo peor es que aún,pese al cambio histórico,Cuba sigue prisionera de los «3 monos» eternos de su economía,los cuales se trasmutan pero no desaparecen:monocultivo (ahora médicos);monoexportación (ahora médicos) y monomercado (ahora Venezuela). Sería para extensas charlas que me serían difíciles,porque después de leer un par de «notas hedonistas»,sospecho que se me saldría el lobo por todos los poros ¡Hum! ¿Botones por besos? ¿Y como son los «botones»,de rosas?
Apunto «Archipiélago» con toda intención.Transmito la señora «enmienda de plana» que me hizo nuestro colega y mi amigo Alexis Schlachter,a mi entender el periodista cubano más conocedor de la Geografía,una pasión para él.Jamás, desde entonces,he vuelto a emplear «Isla».No sólo por su error geográfico,sino por las asombrosas connotaciones subliminares colonialistas que tiene, y que Alexis me explicó con lujo de detalles.Desde la «siempre fiel Isla de Cuba» hasta que por ahí casi nos arrebatan Isla de Pinos con el jueguito de la palabra.Besos poéticos para la mariposa,donde más la ericen para la hedonista.
Manuel David, quizás el azúcar no sea ya nuestro renglón económico más fuerte, pero sí es el alma de la gente, de la que sueña con los centrales en plena molienda… por ése sueño y para otros trabajan la gente de vagones…… en cuanto al archipiélago sí, lo es, y estoy consciente de ello, tenemos cayos y no solo islas… pero es quizás la forma romántica más antigua de hablar de este país nuestro.
Éso que señalas quizás haya sido el daño mayor:pueblos enteros que vivían del azúcar,que construyeron sus microculturas alrededor de ésa.Se me partió el corazón cuando vi en ruinas al matancero Central Australia,tan vinculado a mi infancia aunque sea habanero rellollo.Espero,confío,en que otra vez el azúcar ocupe merecido lugar.Muerta de risa,puede suministrar hasta cerca del 40 % de la energía eléctrica que Cuba consume,si se asume la industria azucarera desde la modernidad que hoy tiene,por ejemplo,en Brasil